Pronóstico de la insuficiencia cardiaca
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Pronóstico de la insuficiencia cardiaca
El pronóstico de la insuficiencia cardíaca depende, en primer lugar, de la naturaleza de la enfermedad cardíaca subyacente y presencia o ausencia de un factor desencadenante que pueda recibir tratamiento. Cuando se identifica y elimina uno de estos factores, las perspectivas de supervivencia inmediata mejoran mucho más que cuando la insuficiencia cardíaca surge sin ningún factor precipitante conocido. El pronóstico a largo plazo es más favorable cuando se puede tratar la causa subyacente de la enfermedad cardíaca (p. ej., valvulopatía). Si lo anterior es imposible, cabe conocer el pronóstico al observar la respuesta al tratamiento. Cuando se libera al paciente de la congestión, la supervivencia a los dos años puede ser de 80%. La supervivencia puede ser incluso de 50% a los seis meses en personas con síntomas resistentes al tratamiento.
Evolución natural de la insuficiencia cardíaca congestiva (congestive heart failure, CHF). Una vez que se establece la disfunción sistólica del ventrículo izquierdo, suele progresar, aunque de forma imprevisible. A medida que avanza la disfunción ventricular izquierda y aumentan los síntomas, se eleva la tasa de mortalidad y el proceso se torna inexorable. La destrucción de los miocitos y la fibrosis se vuelven irreversibles. Por ello, hay que aplicar una medida preventiva eficaz antes del comienzo o en las primeras fases de la disfunción ventricular izquierda. (De BM Massie, NH Shah:) Curr Opin Cardiol 11:221, 1996; con autorización.
Otros factores que se han vinculado con un mal pronóstico comprenden disminución profunda de la fracción de expulsión (menos de 15%), disminución de la captación máxima de oxígeno (<10 ml/kg/ min); la incapacidad de caminar a suelo a ras y con ritmo normal por más de 3 min; disminución de la concentración sérica de sodio (<133 meq/L); disminución del potasio sérico (<3 meq/L), BNP extraordinariamente alto (>500 pg/ml), así como extrasístoles ventriculares frecuentes. Si se evita la muerte repentina de origen cardíaco por la colocación de un ICD, los pacientes pueden evolucionar hasta presentar insuficiencia de bomba y fallecer por ella, y quizá el número de los enfermos con ese problema aumente. Cuando se han agotado todas las medidas terapéuticas disponibles, habrá que pensar en la atención cómoda a veces en un hospital para enfermos terminales, con el goteo ininterrumpido de fármacos inotrópicos, diuréticos y la administración de ansiolíticos y analgésicos.
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